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CUMBRE
DE ÁMBAR.

El arte del tiempo corona nuestras botellas. Oníricas piezas de ámbar chiapaneco, esculpidas con paciencia y pasión. Es el símbolo que ensambla la experiencia milenaria de nuestra madre tierra y la pericia del artesano, que descorcha y permite fluir la embriaguez de su talento.

NUESTROS TAPONES
SE ESCULPEN EN CHIAPAS

Ámbar (Chiapas) 2000. El ámbar es una resina fósil de gran transparencia y brillo, cuyos únicos yacimientos conocidos en Mesoamérica se localizan en las tierras altas del norte y el centro de Chiapas.

El ámbar localizado en la zona VII Los Bosques, proviene de la era Terciaria, con una antigüedad aproximada de 25 a 30 millones de años. En este municipio se extraen alrededor de 292 kg mensuales, equivalentes al 90% de la extracción del producto en el país. Una de las mayores exudaciones de ámbar del mundo se encontró en México, con un peso de 11,7 kg. El de Chiapas es el ámbar de mayor dureza en el mundo (de 2,5 a 3,0 en la escala de Mohs), cualidad que le da un alto prestigio internacional como material para la talla y la escultura. Además, también es el de mayor variedad de colores.

En su estado natural aparece en forma de nódulos de color amarillo, rojizo o dorado, dentro de estratos de areniscas calcáreas marinas y capas de lignito en formaciones geológicas correspondientes a la parte final del Oligoceno y principios del Mioceno, con una antigüedad de 22.5 a 26 millones de años. Se ha determinado que su origen paleobotánico fue la resina de una leguminosa del género Hymenaea, ancestro del árbol conocido localmente como guapiñol.

Para que una resina se transforme en ámbar son necesarios diversos factores. En primer lugar, al ser cubierta rápidamente por la vegetación y el suelo, resiste a la descomposición producida por el sol, la lluvia, el aire, las temperaturas extremas y los microorganismos. Después de millones de años, la resina se endurece y los aceites esenciales se reducen, y se convierte en ámbar.

La denominación “Ámbar de Chiapas” se aplica a la piedra semipreciosa de origen vegetal, y a los productos derivados de ésta, tales como joyas, objetos de arte y religiosos, entre otros. Desde la época prehispánica, el ámbar era sumamente apreciado para elaborar ornamentos y realizar intercambios comerciales. Las diferentes etapas del trabajo artesanal son, por lo tradicional: selección de las piedras brutas; estudio para determinar su utilización; talla y corte para esbozar los modelos; pulido con papel de lija y pasta para brillo; limpieza final hecha con el cuidado más exigente; y finalmente, el engarce para montar las piedras en metal precioso. Con fecha de 15 de noviembre de 2000, se publica en el Diario Oficial de la Federación (México) la declaración general de protección de la denominación de origen «Ámbar de Chiapas».